En Great Place To Work®, sabemos que el éxito de una organización se mide por la fortaleza de su cultura laboral y su capacidad para atraer y retener talento. Actualmente, la búsqueda de los mejores profesionales es tan intensa como la de captar clientes, se busca ir más allá de ofrecer productos o servicios; necesitan ofrecerse como lugares donde realmente vale la pena trabajar y se promueva el crecimiento.
Aquí es donde la marca empleadora, o employer branding, adquiere un papel protagónico, convirtiéndose en el corazón de una estrategia sostenible y en un reflejo de la autenticidad de una organización transformadora.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo influyen la cultura laboral y la marca empleadora en la transformación cultural de una organización? Aquellos que gestionan eficazmente estas estrategias no solo atraen talento sin esfuerzo y mantienen la fidelidad de sus colaboradores, sino que también impulsan el compromiso del equipo, lo que se traduce en mayores niveles de desempeño.
Para lograr esto, los líderes deben cultivar un ambiente que promueva valores positivos y normas que faciliten una interacción armoniosa entre todos los miembros de la organización. Porque la gente no se va (solo) por motivos de crecimiento económico; se va de un ecosistema, de una cultura de trabajo que le puede sentir desfavorecido.
¿Por qué la marca empleadora es reflejo de la cultura organizacional?
La competencia por captar talento es una constante. Las organizaciones de hoy no solo buscan vender un producto o servicio, sino también presentarse como un lugar deseable para trabajar. Aquí es donde entra en juego la marca empleadora, pero no se trata únicamente de frases inspiradoras en un sitio web o videos emotivos en LinkedIn. Hablamos de algo más profundo, más real y, por ende, más valioso: la cultura organizacional.
Una estrategia de marca eficaz no se construye solo con planes ambiciosos; su base es una cultura organizacional que respalde e impulse sus iniciativas. ¿Cómo puede una organización aspirar a la excelencia operacional si sus equipos carecen de una cultura de mejora continua? Las estrategias se hacen realidad cuando la cultura de la organización refleja los valores, objetivos y competencias necesarios para implementarlas. Sin una cultura sólida y alineada, cualquier estrategia corre el riesgo de ser un documento ambicioso, pero ineficaz.
La transformación cultural es el elemento clave para que la estrategia organizacional se materialice. Este proceso profundo implica modificar creencias, valores y comportamientos dentro de una organización para forjar un clima laboral superior y un mayor bienestar para las personas, lo que, a su vez, optimiza el rendimiento. Este cambio no sólo redefine cómo interactúan los colaboradores, sino que también impacta en su relación con clientes y stakeholders.
Definir una cultura flexible, abierta al cambio y a la colaboración es crucial para asegurar la supervivencia y estabilidad a largo plazo. Una transformación cultural integral cambiará la forma en que nuestra gente piensa, actúa y ofrece sus servicios y productos a nuestros clientes.
Transformación cultural junto a la marca empleadora: ¿cuáles son sus beneficios?
Cuando la transformación cultural y la marca empleadora se alinean, se crea un círculo virtuoso que impulsa el crecimiento y la innovación. La cultura organiza el terreno donde la estrategia se aplicará. Estrategias ambiciosas, como transformaciones digitales o la expansión a nuevos mercados, requieren una cultura que fomente el cambio, la colaboración y la resiliencia.
Una cultura organizacional que promueva la escucha activa, el liderazgo ágil, equipos ganadores y la inteligencia emocional es fundamental. Además, la flexibilidad y la gestión del cambio, la toma de decisiones en incertidumbre, la innovación y competitividad, así como la capacidad para negociaciones complejas, son componentes esenciales de una cultura de trabajo sólida y en constante cambio.
Entre los beneficios tangibles de una transformación cultural exitosa destacan:
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Mejora de la adaptabilidad:
Una cultura organizacional flexible permite reaccionar con mayor agilidad a las nuevas tendencias y a los desafíos complejos.
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Aumento de compromiso:
Una cultura empresarial positiva y alineada con los valores personales de los colaboradores incrementa significativamente su compromiso y satisfacción.
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Fomento de la innovación:
Una cultura que promueve la creatividad y la innovación es fundamental para la expansión y competitividad de una organización.
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Atracción y retención de talento humano:
Un equipo motivado y que se siente protagonista de los logros habla bien de su organización, atrayendo a más gente y permitiendo la contratación de personas más alineadas con la cultura.
La cultura no se dice, se vive. Es el corazón del employer branding real: una cultura auténtica y coherente. No se puede pagar para que alguien se sienta bien en su trabajo y se convierta en embajador espontáneo; eso se construye desde dentro, con líderes que escuchan, políticas de bienestar genuinas, equipos que celebran los logros compartidos y una comunicación interna que informa y conecta.
¿Cuál es el rol de Gestión Humana en la construcción de una marca empleadora sólida?
La Gestión Humana juega un papel crucial en la creación y promoción de la transformación cultural y, por ende, en la construcción de una marca empleadora atractiva. Los especialistas en RR.HH de las organizaciones son los arquitectos detrás de los cambios estructurales que permiten a la cultura organizacional alinearse con la estrategia del negocio y el contexto cambiante del mercado. Su rol es integral para:
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Diagnosticar la cultura actual:
Utilizar encuestas a todo el personal, focus groups y workshops para entender los desafíos culturales y cómo los perciben los colaboradores. Preguntarse por qué la transformación cultural es necesaria y cómo ayudará a alcanzar las metas a largo plazo.
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Involucrar a los líderes:
Asegurar que las altas directivas asuman un rol protagónico, ya que sus comportamientos influyen notoriamente en las actitudes de todos los colaboradores. Su dedicación y apoyo son esenciales, pues si los líderes dudan, solo unas cuantas organizaciones que emprenden una transformación cultural podrán lograr sus objetivos.
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Crear una estrategia y un plan detallado:
Diseñar un mapa de objetivos y acciones que se enlace con los siguientes pilares: estilo de liderazgo, estructura organizacional, tipo de gestión organizacional, metodologías de reclutamiento, sistemas de compensación y reconocimiento, formas de comunicación y habilidades.
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Hacer partícipes a equipos:
Recopilar retroalimentación mediante interacciones formales e informales, haciendo uso de herramientas de medición.
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Prestar especial atención a los nuevos vínculos:
Asegurarse de que los candidatos encajen culturalmente, utilizando evaluaciones de adecuación cultural que prueben la coincidencia de valores, comportamientos y objetivos.
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Monitorear el progreso:
Medir rigurosamente el comportamiento y rendimiento general, los hitos clave y los sentimientos subyacentes del equipo para evaluar si la transformación cultural está teniendo éxito.
La transformación cultural es un proceso a largo plazo que requiere paciencia y el compromiso de todos, desde el CEO hasta los colaboradores. Una cultura organizacional inclusiva y participativa impacta positivamente en el éxito comercial y la satisfacción.
En un mundo donde el talento elige con más criterio dónde trabajar, tu cultura es tu ventaja competitiva: no se puede copiar, no se puede fingir, y no se puede comprar. Por eso, si deseas construir una marca empleadora sólida, empieza por dentro. Empieza por crear una cultura que merezca ser vivida… y luego contada. Porque cuando alguien dice “aquí se trabaja a gusto”, ya ganaste.
En Great Place To Work®, entendemos que el primer paso es comprender profundamente tu clima laboral. ¿No sabes cómo está tu clima laboral? La Encuesta Pulso GPTW™ es tu gran aliada: una medición ágil diseñada para detectar oportunidades y puntos clave de mejora. Te permite anticiparte, identificar áreas de mejora y reforzar tu cultura organizacional antes de una medición general. Invierte en la transformación cultural de tu organización y descubre cómo una marca empleadora sólida puede convertirse en tu mejor reclutador. ¿Deseas conocer más? Conversemos.