El panorama global está en constante transformación. Enfrentamos desafíos sin precedentes, desde el cambio climático hasta la disminución de recursos naturales y una creciente demanda de energía y alimentos. Estos factores no solo impactan nuestro planeta y nuestras sociedades, sino que también alteran de forma inesperada las operaciones y cadenas de suministro.
Por ello, las organizaciones se ven en la imperiosa necesidad de replantear su funcionamiento. Transformarse en una marca sostenible no es una opción, sino una exigencia que demanda nuevos niveles de resiliencia y agilidad, cimentados en prácticas responsables que preserven nuestro entorno natural y social.
Históricamente, los modelos de negocio tradicionales priorizaban la maximización de ganancias por encima de cualquier otro parámetro, con poco interés en su impacto en los entornos. Sin embargo, estamos entrando en una nueva realidad donde la conciencia ambiental y social predomina.
La sostenibilidad organizacional es vital para que un negocio se convierta en un verdadero agente de cambio. Su objetivo es minimizar los efectos negativos en materia ecológica, demográfica y financiera que puedan ser provocados por la actividad industrial. En Great Place To Work® te contamos qué hace de la sostenibilidad un factor fundamental para el éxito y crecimiento de tu organización. ¡Sigue leyendo!
Sostenibilidad: la clave para un cambio responsable
La sostenibilidad es el conjunto de esfuerzos que realiza una organización para mantener su actividad económica sin afectar factores sociales y medioambientales, a través del uso consciente de los recursos naturales. No se limita a la conservación ambiental o la responsabilidad social: es un paradigma integral que abarca tres áreas clave: Ambiental, Social y de Gobernanza (ASG).
Estos tres pilares son interdependientes: sin un medio ambiente adecuado no puede haber una sociedad sana y productiva; sin una sociedad sana y desarrollada no puede haber una economía floreciente; y sin economía y creación de riqueza no se puede repartir el dividendo social y económico que las sociedades necesitan.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de su Comisión mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo, definió la sostenibilidad como el desarrollo de una organización basado en su respuesta ante “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Esto implica que las organizaciones no solo deben buscar beneficios económicos, sino ser conscientes de su impacto y responsabilidad a nivel global, poniendo el bienestar de colaboradores, clientes, comunidades locales y el conjunto de la sociedad en el centro de sus acciones.
Cuando una organización se compromete con la sostenibilidad, no solo opera sin afectar negativamente el medio ambiente, los derechos humanos o laborales, promueve también una visión más amplia y holística del desarrollo sostenible.
Las buenas prácticas de sostenibilidad pueden aplicarse en todos los sectores, incluyendo finanzas, gestión de talento humano y comercial. Para ello, es fundamental estructurar una política que defina las medidas a llevar a cabo, el contexto de aplicación y los mecanismos de implementación.
Tipos de sostenibilidad: pilares para una gestión eficaz
La sostenibilidad se asienta sobre tres dimensiones fundamentales que, al ser abordadas de manera integrada, potencian la eficacia y el impacto positivo de una organización:
Sostenibilidad ambiental
Es el crecimiento del negocio sin descuidar la conservación del medio ambiente a largo plazo. Implica la adopción de tecnologías e innovación para garantizar un nivel de producción responsable. Indicadores clave incluyen el uso de energías renovables, la minimización de emisiones de gases de efecto invernadero y la huella de carbono, la optimización del uso de recursos naturales como el agua, y la reducción y gestión responsable de residuos.
Un ejemplo claro es la tendencia a utilizar energías renovables para minimizar los agentes contaminantes derivados de la producción, o la medición y mitigación de la huella de carbono en toda la cadena de producción y logística.
Sostenibilidad social
Es la capacidad de una organización para detectar y administrar los efectos positivos y negativos de su operación sobre la sociedad. Es el lado más humano de la sostenibilidad, buscando el bienestar de la comunidad tanto en el presente como para las generaciones futuras. Conceptos como igualdad y equidad son inherentes a esta dimensión.
Los indicadores sociales incluyen el cumplimiento de convenios laborales, el fomento de la diversidad, la igualdad de género, prácticas laborales justas, la generación de oportunidades para los trabajadores, el apoyo a la conciliación familiar y laboral, y la participación en proyectos que fomenten el bienestar social en las comunidades aledañas. Por ejemplo, Genfar del Perú S.A.C. con su programa Participación en la Misión Binacional con las Armadas de Colombia y Perú, recorre zonas alejadas de la Amazonía, brindando servicio de salud a las comunidades que no cuentan con los accesos necesarios para sus cuidados médicos.
Sostenibilidad económica
Consiste en la capacidad de iniciar, mantener y optimizar las actividades y operaciones de un negocio bajo un rango estable a mediano y largo plazo. Para esto, es fundamental que la organización presente una baja tasa de rotación, una excelente productividad y un elevado retorno de inversión (ROI). Esta dimensión va más allá de la simple rentabilidad; busca un equilibrio entre las demandas humanas, su satisfacción y el alcance de los objetivos sin comprometer la economía global.
Indicadores económicos incluyen la rentabilidad y liquidez, su nivel de endeudamiento, la creación de empleo (especialmente a nivel local), la capacidad de realizar inversiones sostenibles que generen ingresos a medio y largo plazo, y su contribución al Producto Interno Bruto (PIB).
Estos tres pilares, al ser integrados en la estrategia central de la organización, permiten una gestión eficaz que no solo genera beneficios financieros: logra impulsar un impacto positivo en el entorno, garantizando la continuidad del negocio y su relevancia en el mercado global.
Casos de éxito de la sostenibilidad en las organizaciones y sus beneficios
Implementar prácticas sostenibles no es solo una cuestión de ética, sino una estrategia inteligente que se traduce en beneficios tangibles para las organizaciones. Diversos estudios recientes demuestran que las organizaciones que adoptan prácticas sostenibles obtienen beneficios financieros tangibles. Un estudio de Harvard Business School revela que las organizaciones con sólidos principios de sostenibilidad tienen un 20% más de probabilidad de superar a sus competidores en términos de rentabilidad. Además, el 90% de los estudios relacionados con los criterios ASG afirman que aplicar dichos estándares contribuye a reducir el coste de capital.
Los consumidores están cada vez más interesados en apoyar marcas que demuestren responsabilidad social y ambiental, prefieren comprar a "marcas verdes" o que utilizan materiales sostenibles en su producción. Esta conciencia creciente por parte de los consumidores impulsa a las organizaciones a un compromiso más fuerte con el medio ambiente y la sociedad. Un estudio de Kantar revela que un 73% de los peruanos estaría dispuesto a cambiar su estilo de vida para beneficiar al ambiente, y un 65% preferiría pagar por un producto ecoamigable.
Veamos algunos de los principales beneficios y cómo Los Mejores Lugares para Trabajar™ están liderando con sus iniciativas:
1. Reducción de costos operativos:
La eficiencia energética, el reciclaje, la reducción de desperdicios y la medición de la huella de carbono disminuyen los gastos a largo plazo. Las inversiones en tecnologías más limpias y eficientes a menudo se amortizan rápidamente.
2. Acceso a nuevas oportunidades de mercado:
La demanda de productos y servicios sostenibles crece. Esto permite a las organizaciones diversificar sus líneas de productos o expandirse a nuevos mercados, capitalizando las tendencias de consumidores conscientes.
3. Mejora en la rentabilidad a largo plazo:
Una organización sostenible suele ser más resiliente frente a las fluctuaciones del mercado y los cambios regulatorios, y tiende a tener un mejor rendimiento en bolsa, ya que los inversores valoran positivamente su enfoque a largo plazo.
4. Contribución al bienestar social:
Las políticas sostenibles mejoran el desempeño y contribuyen al desarrollo social de las comunidades, promoviendo la igualdad, la diversidad y el apoyo económico local.
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- Accor es un ejemplo brillante de esto. Su alianza con la Fundación Forge apoya a jóvenes en situación de vulnerabilidad económica, brindándoles herramientas para desarrollar habilidades socioemocionales y facilitar su acceso al primer trabajo. Los colaboradores Heartist® de Accor actúan como mentores y guías, reforzando el compromiso con el desarrollo social.
5. Reducción del impacto ambiental:
Una marca sostenible minimiza su huella ecológica mediante la reducción de emisiones de carbono, el uso eficiente de recursos naturales y la disminución de residuos.
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- Trazact Perú, a través de su Comité de Responsabilidad Social, ha impulsado actividades continuas como la colaboración en proyectos de reforestación ("One Tree Planted"), la limpieza de playas, campañas de donación y alianzas con ONGs, demostrando así su compromiso integral con el entorno y las comunidades.
En Great Place To Work®, sabemos que ser un Gran Lugar para Trabajar implica más que solo beneficios económicos, significa construir un futuro donde el éxito esté intrínsecamente ligado al bienestar de sus colaboradores, la comunidad y del planeta entero. La sostenibilidad ya no es una opción, es una necesidad estratégica y una oportunidad para construir organizaciones más resilientes, innovadoras y atractivas para el talento y la inversión.
En el futuro inmediato, la sostenibilidad será, sin duda, el camino hacia la rentabilidad y el posicionamiento.